En este Día de Muertos, encendemos una vela por cada voz que sigue iluminando el camino del periodismo ético y comprometido.
Cada flor de cempasúchil marca el sendero de la memoria; cada fotografía nos recuerda que la palabra puede ser faro, esperanza y conciencia.
El aserrín de colores representa la diversidad de ideas y miradas que enriquecen nuestro oficio, mientras que el altar mismo nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad de comunicar con veracidad, respeto y compromiso hacia la sociedad.


