En la lucha personal médico y guardianes de la salud…

* “Han sido momentos estresantes de todo tipo”, comenta la enfermera María Isabel

* “Estoy orgulloso de contribuir a romper contagios”, dice el guardián David Arandía

* El uso de cubrebocas se ha convertido en pieza fundamental y vital para salvar la vida

Redacción/La Polaca Mich

La propagación de la COVID-19 ha resultado un desafío no sólo para los sistemas de salud, sino también para la economía y la vida misma de los michoacanos, además de que ha cambiado la forma en la que convivimos y hasta nuestros hábitos.

Hoy el uso del cubrebocas, es esencial para romper la cadena de contagios y lo más importante: puede salvar nuestras propias vidas.

Y dentro de este torbellino de acontecimientos, a diario también se enfrentan con todos los riesgos a la pandemia, verdaderos ángeles terrenales que luchan en los hospitales y en las calles por preservar nuestras vidas realizando sus actividades que son de alto riesgo de contagio.

Así, con la meta de cuidar a sus semejantes y sin esperar nada a cambio, por Michoacán se les ve trabajando arduamente en su labor en el hospital (en el caso del personal médico) y en la calle, en lo que se refiere a los Guardianes de la Salud que checan la aplicación correcta de las medidas sanitarias en comercios para evitar contagios.

Ha sido difícil, desde el momento en el que nos toca estar en esa área, portar el equipo de protección personal por ocho horas, aguantar el calor que provoca y no poder ir al baño o tomar agua”, comenta la enfermera del Hospital General de Zitácuaro, María Isabel Llagor Sandoval.

La trabajadora de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), expresa que el cansancio y agotamiento, tanto físico como mental, se ha hecho presente en ella y sus compañeros.

“Han sido momentos estresantes de todo tipo, que nos ha llevado a todos en algún momento a buscar ayuda psicológica para sobrellevar este tipo de situaciones”, dice y afirma convencida que no obstante, no se doblega en la misión de ayudar a sus semejantes.

“No tenemos otra opción que acostumbrarnos a esta forma de convivir y no olvidarnos de portar siempre nuestro cubrebocas y el lavado de manos”, termina diciendo la enfermera que demuestra su vocación y disposición de salvar vidas aun cuando arriesgue la suya, como a diario lo hacen también todos sus compañeros y compañeras.

COMBATE A LA COVID-19 EN LAS CALLES

El Gobierno del Estado, a través de la SSM ha implementado diferentes acciones y programas encaminado principalmente a fomentar las medidas sanitarias de prevención entre las y los michoacanos.

Guardianes de la Salud es una de las estrategias, misma que cuenta con la participación de jóvenes coordinados por la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), quienes vigilan que en todos los establecimientos se cumplan con las normas para la Nueva Convivencia.

David Arandía es uno de los muchos jóvenes que se sumaron a este programa.

“Mi labor como Guardián consiste en revisar que los establecimientos cuenten con gel antibacterial, tapete sanitario, termómetro para medir la temperatura y sobre todo la sana distancia”, detalla.

Su trabajo no ha sido fácil, el desconocimiento de las personas y la negativa por acatar las medidas han sido una constante.

Ha sido un poco difícil, ya que muchas personas siguen sin usar cubrebocas, los tapetes y el gel antibacterial”, confirma el duardía de la salud.

Para David lo más importante es contribuir para que menos michoacanas y michoacanos se vean afectados por esta enfermedad, “me siento orgulloso de contribuir para que se rompa con la cadena de contagios”.

Así, en los hospitales, pero también en las calles, prosigue la lucha en contra del COVID-19 en Michoacán, en la que tanto personal médico como voluntarios se han sumado para frenar la cadena de contagio.

FOTOS: CSGE y LAZER